Despertar a lo que importa.
Ya van apareciendo personas con trastornos derivados de la adicción a las redes sociales.
En esta época digital que vivimos, vemos que las redes sociales se usan más allá de lo meramente profesional o interesante, como herramienta para alimentar un ego, que en ocasiones solo esconde una persona con deficiencias emocionales que solventar. El exceso al mostrar la vida privada, puede llevar a una sobreexposición de la intimidad que a veces además es pura fantasía. Y cómo vemos al otro tan feliz, tan guapo y tan listo, con esas fotos maravillosas, esas frases lapidarias y esa vida aparentemente perfecta nos parece que nuestra vida es carente, vacía o menos plena.
Nada más lejos de la verdad, pensad que cultivar la espiritualidad, regalar amor, dar tiempo a los seres queridos, y vivir conforme a lo que uno es y piensa, es la mejor manera de sentirse pleno, o viajar hacia esa plenitud emocional que es la felicidad. Sin necesidad de exponernos públicamente a cada segundo, sin necesidad de fantasear con una vida que no siempre es como la reflejamos.
Ten un propósito en la vida, vive cada segundo intensamente, y no te hará falta publicar nada.
